No sé por qué, pero a veces anhelo tomarte de la mano y sin querer amarrarte toda la vida , estrechar profundamente los falanges, pero debo trabajar; alejado y sentado en un tronco de pino escucho que la entremesa se termina y debemos volver a la rutina.
Seguramente seguire pensando, si formo tu perfume en éstos, mis sentidos. Si respiro. Imagino lineas de sensualidad. Respiro al fin poemas que estan en el aire.
Sigo con la notera. Me siguen gustando las plazas para escribir sin mordazas, con muchas lenguas.
Voy a limitarme a contarte...
La mosca que examina mi brazo con su sopapa. ¡Cómo no van a faltar los pajaros!
Una pequeña hormiga se dedica a caminar entre los secos pastos, natural signo de que en estos tiempos y en su espalda lleva una hoja que la apretuje y que alimente.
Más al costado de mi brazo, de la notera, del negro pie, de mi bolso y un poco más lejos de los que se ríen porque soy capaz de sentarme a escribir en medio de los rayos del sol, hay olor a mierda...
Manaco
imaginarte, con eso basta.
ResponderEliminarEscribi! escribí! liberate!
Yo estoy aca, haciendo lo mismo.