martes, 7 de septiembre de 2010

Cuanto. primera entrega

¿Cuánto tengo que aguantar? Se pregunto. Y agacho su cabeza, se ofusco, y siguió su trabajo. Continuó todo el día, nublado, ciego y hasta convulsionado. – esto tiene que terminar, se dijo. Como relámpagos de su mente salían las ganas, la satisfacción, y una angustia por la perdida de lo bueno, de acabar con todo, de cambiar el orden de su mundo de su vida ¿y como lo haría? ¿Qué consecuencias traería?.

Novoyapodermevoyacagardehambresilomandoalamierda.

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Fue capaz de pintar el cuadro más complejo de su situación para destrozarlo con nuevas expectativas. Andrades no paraba de pensar. Si era capaz de arrojar por todos los aires sus herramientas, sus ropas, sus sudores como avalanchas, podría marcharse de allí. Los muchachos me mirarían, el Tano como siempre, esa cara. Me chupa un huevo lo que diga El tano y este hijo de mil… ¡Andrades! ¡veni! ¡dale, veni alcanzame la sierra!

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